(Tomado de Ser Peruano)

Los programas de apoyo social de Juguete Pendiente están contribuyendo a mejorar la calidad de vida de miles de pobladores de escasos recursos. Ahora, con el apoyo de BSF Almacenes del Perú, la ONG podrá albergar más donaciones y llevar más ayuda a poblaciones vulnerables.

Más de 52 839 familias y 168 715 personas, entre niños y adultos, ya han sido beneficiados con los programas de ayuda social de la ONG Juguete Pendiente.

Hace seis años, tras sobrevivir al diagnóstico de muerte por septicemia, Vanessa Vásquez decidió dedicar su vida a ayudar a quienes más lo necesitan. Así nació Juguete Pendiente, ONG que ya ha llevado a cabo 562 programas de responsabilidad social, desde 2013 hasta 2018, en zonas vulnerables de Lima, Arequipa, Piura, La Libertad, Tacna, Tumbes, Lambayeque, Junín, Cusco, Puno, Loreto y Ucayali.

Al inicio, Juguete Pendiente iba a ser una organización que implementara bibliotecas en zonas de escasos recursos. Sin embargo, esa idea fue transformándose hasta hoy, que se dedica al diseño, gestión y ejecución de proyectos sociales que buscan mejorar la calidad de vida de comunidades en situaciones de riesgo. Así, se comprometen en campos de acción como la ayuda humanitaria, salud, educación, inclusión social y emprendimiento.

La ayuda humanitaria es brindada en desastres naturales y para poblaciones vulnerables. Por ejemplo, `Calor Pendiente´ es la campaña de heladas y friaje realizada desde 2016 por Juguete Pendiente. Desde ese año hasta 2018, han llevado más de 163 toneladas de ropa a pobladores de escasos recursos de todo el Perú, gracias a marcas como Real Plaza.

Conseguir estas donaciones no ha sido la única tarea complicada para los más de 9 693 voluntarios que han pasado por Juguete Pendiente. Un gran reto también ha sido el encontrar un lugar donde mantener a salvo todos estos donativos. “Pocas empresas apuestan por apoyarnos en temas logísticos. Este año, BSF Almacenes del Perú nos ha entregado, sin costo alguno, la posibilidad de utilizar un almacén de 50 m² de área, ampliable hasta 250 m² cuando nos encontremos en campaña, y renovable para el próximo año. Para nosotros, es sumamente importante contar con un espacio donde mantener las donaciones a salvo, ya que lo mínimo de donativos que mantenemos permanentemente son 10 toneladas”, señaló Vanessa Vásquez, fundadora de Juguete Pendiente.

En cuanto a la salud, la ONG no solo se preocupa por los pacientes, sino por brindarles soporte emocional a sus familiares. Además, implementa ludotecas en hospitales y recolecta donaciones de sangre y medicina. En el caso de la educación, se encuentran implementando el programa SOLE —cuya metodología consiste en un aprendizaje colaborativo mediante el uso de Internet y motivado por la curiosidad de los alumnos— en diversos colegios de Lima. Esto lo han logrado trabajando en conjunto con reconocidas empresas como HP.

Además, en los asentamientos humanos de Carapongo, en San Juan de Lurigancho, Juguete Pendiente está apoyando a más de 1 500 habitantes mediante acciones que tienen como objetivo el mejorar la educación y el deporte, crear más fuentes de ingreso y comercio, ofrecer acceso a servicios médicos, entre otros. Así, se apoya a la inclusión social y emprendimiento.

De esta manera, de la mano de organizaciones privadas, Juguete Pendiente está logrando recolectar y almacenar más donativos para seguir cumpliendo su misión: ayudar a las personas que más lo necesitan.

Noticias Relacionadas

Post Anterior

SIETE MOTIVOS PARA ALQUILAR UN ALMACÉN

Post Siguiente

ECONOMÍA DE ESCALAS: ¿EN QUÉ CONSISTE ESTE MODELO DE NEGOCIO?